miércoles, 20 de octubre de 2010

Efectos en Austria de la crisis financiera rumana

En los últimos años la banca austriaca ha tomado una importante cuota de mercado en Rumanía. A través de la creación de nuevos bancos o de la compra de entidades financieras ya existentes, grupos como Erste Bank, propietario de la Banca Comerciale Romana (BCR), Bank Austria a través de Unicredit Tiriac Bank o Volksbank y Raiffeisen, con sus filiales de igual nombre, controlan desde el país alpino gran parte del sistema financiero rumano. Austria apostó por Rumanía no sólo por sus buenas perspectivas futuras, sino por ser un mercado nuevo sin la competencia de la gran banca occidental.La banca austriaca ha aportado una modernidad que es palpable a todos los niveles. Su presencia ha motivado, además, un aumento de la competencia beneficiosa para el consumidor final, particular o empresa que ha visto cómo se reducía el tiempo necesario en las gestiones y disminuían los costes. Basta con comparar una entidad como la estatal CEC Bank (Casa Economii si Consemnatii), banca histórica creada en 1864 y que hasta el 2008 no ha dispuesto de banca electrónica con los servicios que de otros bancos en manos extranjeras. También las diferencias son perceptibles entre estos últimos. Bancos de nueva creación, como Volksbank disponen de entrada de servicios mucho más ágiles que los de bancos ya existentes comprados por capital extranjero pero con estructuras pesadas y en muchos casos no excesivamente orientadas al cliente.

Pero todos ellos, de una forma o de otra, se han lanzado en los últimos años a una actividad crediticia basada en los mismos principios que ya conocemos en España: Crecimiento muy elevado del PIB, evolución al alza del precio de la vivienda, aumento del consumo y todo ello sustentado por la afluencia de capitales extranjeros, el paro inexistente, las remesas de los emigrados y el maná prometido de los fondos europeos. Los rumanos, deseosos de aumentar su nivel de vida y consumo se han lanzado el crédito fácil ofrecido por las entidades financieras.

La banca austriaca ha prestado en el conjunto de Europa del Este 230 millardos de euros. El equivalente al 68% del PIB austriaco; 38 millardos en Rumanía, país donde los créditos de dieron 54% en euros y el resto mayormente en lei. Las hipotecas en euros han sido habituales en un cambio de 3,6 lei por euro. Pero el leu se ha depreciado un 20% desde septiembre del 2008 encareciendo desmesuradamente la devolución de los créditos en esa moneda. Los últimos datos disponibles de la Banca Nacional de Rumanía (BNR), de noviembre 2008, señalan que la mayoría de los créditos morosos dados a particulares están concedidos en lei: son de pequeño valor y no tienen garantías. Hasta entonces, los créditos en euro no mostraban niveles alarmantes de morosidad aunque queda por ver cómo habrá afectado la fuerte caída de la moneda nacional producida entre diciembre y enero y que parece estabilizarse en 4,26 lei por euro. Desde las sedes austriacas los mensajes transmitidos son de tranquilidad. Andreas Treichl, director general de Erste Grup, propietario de BCR señala que su proyecto en los Balcanes es a largo plazo, que el banco está preparado para soportar el efecto que tendría una tasa de cambio de hasta 5,25 lei por euro y que no les hace ninguna falta el apoyo del Estado rumano: "El rating del Erste es significativamente mejor que el de Rumanía" declara a la revista austriaca Profil. Por su lado Volksbank, tercero en el país, anuncia la apertura de 15 nuevas oficinas en el 2009. A pesar de las buenas palabras, un cierto nerviosismo es evidente. Un grupo de diez bancos que operan en países del Este, entre ellos el Erste, mandaron el pasado diciembre una solicitud a la Comisión Europea y al BCE solicitando un apoyo específico a la región, paquete de tamaño desconocido que se cifraría entre 100 y 400 millardos de euros. A mediados de febrero el ministro de finanzas austriaco Josef Pröll, animado por el sector bancario, realizó una visita a Croacia, Ucrania, Rumanía y Bulgaria para reunirse con sus homólogos locales y estudiar la situación con el problema de la liquidez y la estabilidad cambiaria como principales puntos de la agenda. En Bucarest se reunió el sr. Pröll con el responsable del Banco de Rumanía Sr. Isarescu además de con el ministro de finanzas Sr. Pogea. Al final del recorrido Pröll explicó que los bancos necesitan recibir apoyo en forma de liquidez y que los gobiernos locales debían asegurar la estabilidad de sus monedas. La oposición austriaca, decepcionada con los resultados, ha calificado el viaje de "ronda de conversaciones completamente vacía en compromisos" y reclaman al ministro que "ponga la realidad de la situación encima de la mesa mostrando todos los números de esta crisis bancaria que pone en juego el 70% de nuestro PIB".